En el corazón del Ministerio del Medio Ambiente se encuentra la Oficina de Economía Circular que lidera el ingeniero civil Guillermo González. Es un nuevo nombre y enfoque para la antigua Oficina de Residuos que, en el contexto actual, adquiere una relevancia estratégica para abordar los desafíos ambientales de Chile.
El mismo Guillermo González lo explica: “Antiguamente se producían las cosas con una lógica lineal y ni siquiera se pensaba en qué se haría con el residuo generado. Era simplemente, ‘problema de otros’. Hoy, en el contexto de la Economía Circular, se pone especial énfasis en el origen de la producción para que, cuando un producto cumpla su ciclo de vida útil, pueda ser reciclado de manera sustentable”.
Por lo anterior, los 3 grandes temas que ocupan 24/7 a esta Oficina son: 1) la implementación de la Ley Rep, donde hay un desafío enorme; 2) en generar un esquema regulatorio para los desechos orgánicos, de la construcción e industriales y 3) en innovación circular, donde se articula una serie de acciones para promover la innovación en este ámbito.
“En resumen, nuestro objetivo es que en 20 años más ya seamos un país con una lógica de economía circular. Para lograrlo, la transformación tanto en la producción como en el consumo es tremenda y para ello pensamos establecer una hoja de ruta para alcanzar esa meta”, explica el Jefe de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente.
¿Qué rol le atribuye a la Ley Rep para aportar a esta transformación?
La Ley Rep es EL instrumento clave para gatillar este cambio. De hecho nos hemos planteado un plazo de 10 años para alcanzar niveles de país desarrollado en esta materia. Para ello, hemos planteado un cronograma de pasos a seguir para ir llegando a esta meta en forma gradual. Es un tiempo razonable, considerando que Chile, en términos de manejo de residuos está muy atrasado en comparación con otros países. Si solo nos evaluaran, como país, por la gestión de nuestros residuos, Chile estaría muy lejos de la OCDE.
A la luz de la Ley Rep, entre los 6 tipos de productos prioritarios, donde los neumáticos es uno de ellos. ¿Qué importancia le da Ud. a la gestión correcta, tanto de recolección como de valorización, de los residuos de neumáticos?
Con la Ley Rep, vamos a crear un mercado que hoy, prácticamente, no existe. Al constituirse el retiro y disposición de los residuos de neumáticos en una obligación, los eslabones que estén formalizados serán fundamentales. Si se realiza esta disposición por instancias no formalizadas, no servirá para acreditar el cumplimiento de la ley.
Por otro lado, al crearse este mercado, la ebullición de proyectos nuevos es tan impresionante que los acopios informales tenderán a desaparecer.
¿Cuáles son los factores críticos para la implementación de esta Ley.?
Hemos estado trabajando en una meta para que los productores acrediten su cumplimiento. Para que eso funcione, deben cumplirse una serie de situaciones. Existe una serie de aristas, como el trabajo con Aduanas, el de trazabilidad y varias más que deben trabajarse en paralelo para una exitosa implementación de la Ley y una gran parte de esos aspectos tiene que ver con la Industria.
En función de lo anterior, ¿qué es lo que NO resuelve en esta etapa la Ley Rep?
Esta Ley no es retroactiva, en esta etapa, pues lo que queremos es “cerrar la llave de la tina que se está rebalsando” y abordar el problema de la acumulación de los residuos de neumáticos que, anualmente, se generan en Chile. En una segunda fase, debiera abordarse, a la luz de esta Ley, el stock acumulado de estos residuos.
Es importante mencionar que, por ejemplo, en el caso de la Minería, una vez que se pone en marcha ese proceso, automáticamente esto permite hacerse cargo del stock acumulado histórico porque económicamente ya se vuelve viable.
¿Cuál es el incentivo que Ud. ve para el desarrollo de la industria del reciclaje de neumáticos?
El incentivo tiene que ver con un elemento central para la Ley Rep, que es que el que contamina tiene que pagar. El importador recaudará el dinero que incluye una pequeña “eco tasa”, que pasa al sistema de gestión y ahí se crea el mercado. Entonces, qué mejor incentivo que es tener un flujo de dinero que pasa desde el que contamina a quienes deben hacerse cargo del residuo.
En cuanto al incentivo de la innovación y el emprendimiento, ¿cómo piensan plasmar esto para que se desarrolle más rápido la industria del reciclaje?
Nosotros partimos de la base de que, para que eso suceda, es básico tener una muy buena regulación –que es en lo que hemos estado trabajando-. Junto con ello –si queremos que esto avance mejor y más rápido- debemos generar un entorno de innovación y emprendimiento.
Como somos un Ministerio regulador, hemos decidido trabajar y buscar apoyo en otras instituciones públicas que tienen experiencia, recursos y musculatura para apoyar este tema. Así es como hemos estado trabajando con Corfo, la Agencia de Sustentabilidad, la división de Innovación del Ministerio de Economía y otros para ir generando acciones de inventivo a la innovación y el emprendimiento.
En Chile, ¿cómo estamos en cuanto a la conciencia ciudadana por los temas de cuidado del Medio Ambiente?
Creo que para instalar esa conciencia, hay un gran desafío pero vemos muchas luces de que hay un interés muy creciente de parte de la ciudadanía. Esto se vio muy claro en el caso de la Ley de Bolsas Plásticas, donde ya estaba presente una demanda ciudadana en este ámbito.
Pensamos que hoy hay que aprovechar ese deseo de los ciudadanos por querer cuidar el planeta para aterrizar y lograr que el costo de adaptación sea el menor posible y así lograr la creación de hábitos importantes.